Expansión y contracción de la galaxia

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Expansión y contracción de la galaxia. Latido del corazón en su diástole y su sístole. Danza, cortejo inmortal de electrones. Big-bang. Vacío, silencio y palabra. Yin y Yang. Muerte y vida. Espiral eterna que se mueve para mirarse, para recordar que su dualidad es la rueda de la vida, el amor inacabable del día y de la noche, dos que forman uno. En ese tránsito circular del vivir experimentamos la noche como la hondura de un misterio que se cuela hasta los huesos, en donde calla cada palabra y abraza el abismo, donde el silencio gesta, como un útero, el milagro de la vida. Silencio, vacío, abismo que guardan la fertilidad de la negra tierra que rodea a la semilla para que se abra al encuentro de la luz, del sol que llama a sus hijos y los deja ser cual padre bondadoso. Misterio profundo de la vida que, como humanos, nos lleva a experimentar la noche oscura del alma para abrirnos al resplandor de la mañana, como una flor que se desnuda y entrega su belleza al río de la existencia.

 

Vivir, tener el regalo de poder estar aquí, en la Tierra, lleva consigo la grandeza de dejar ser en nosotros la alegría y la tristeza; el dolor y el placer; la desidia y la pasión por la vida; el sufrimiento y el gozo; la rabia, pero sobre todo, la bendición del amor; que el cuerpo sepa del frío, del hambre, del cansancio y, a su vez, de la calidez, del bienestar y del regocijo. Pasa por nosotros la noche y el día, la luz y la oscuridad. Integrar estos dos aspectos aparentemente separados es el camino de la unidad, de la sabiduría y de la consciencia. Puede a veces sentirse como un camino difícil y pedregoso, aun así, son grandes e insondables los frutos que brinda; la cosecha que como granos de trigo queda grabada en luz y amor en el Espíritu. Por ello, queremos dar las gracias, en primer lugar, a la existencia misma por su grandeza, a la vida, al Misterio, a Dios, al Gran Espíritu. Queremos agradecer a la Escuela de Metasofrología Cuántica por acoger, orientar y dar respuestas a personas que buscan vivir con sabiduría, que buscan transitar su sombra con la luz de su corazón para honrarse a sí mismas y a la vida. Queremos agradecer por todos aquellos hogares, entendiendo hogar como fuego por su etimología latina focus, que llevan luz y consciencia a las personas para que caminen bonito su palabra, su pensamiento y sus actos. Finalmente, queremos agradecer a todos aquellos que se deciden a emprender el camino de transitarse, de recorrer su propio Misterio y llevar luz a la hondura de su alma.

 

El día de hoy celebramos el cierre de un ciclo y el comienzo de otro para algunos de estos caminantes, para algunos de estos hermanos y hermanas que hemos escuchado el llamado de nuestro corazón y nos hemos lanzado a estudiarnos a nosotros mismos y a estudiar para transformarnos en nuestra mejor versión. Celebramos el cierre de un ciclo de crecimiento y aprendizaje con agradecimiento, sabiendo que hace parte de un proceso que seguiremos llevando a cabo por el resto de nuestras vidas y más allá. Agradecemos por el servicio que la vida y la Escuela nos han prestado, y por las herramientas que hemos adquirido en estos dos años para servir a la vida, para tomar de ese fuego del hogar y llevarlo a otros lugares, a otras personas que, así como nosotros, buscan luz y calor en su existencia.

 

Quiero agradecer por la contención, el sostén, la confianza y la fraternidad construidos entre las personas de este grupo. Les agradezco por existir y por reencontrarnos en el camino, por su medicina y su historia. Que la luz del Padre y del amor guíe nuestros pasos, nuestro pensamiento, nuestra palabra y nuestros actos. Gracias a nuestras familias que de una u otra forma nos han acompañado en este proceso. Que se derramen sobre todos, como una lluvia de rosas, infinitas bendiciones.

 

Por: Andrea Carrillo Lozada

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