La materia está ligada al ego, cuando estamos en ella sintiéndonos él, insuflamos el orgullo, que nos hace creer que somos superiores a los demás, cuando estamos en la sutilidad sintiéndonos el alma que somos, vamos llenándonos de lo que nos nutre, la luz.
En la búsqueda permanente del ser la materia se dirige a la sutilidad, ésta aprende y busca ser o estar en la materia; existe una delgada línea entre ellas, que la cruzamos cada vez que emprendemos el viaje de la una a la otra en cualquier sentido, en ocasiones permanecemos en la materia/cuerpo/ego, en otras podemos sentir y permanecer en el alma que somos. La primera sucede cuando estamos en lo cotidiano del día en nuestro hacer físico material, la segunda sucede cuando estamos dormidos o cuando estamos en estados alterados de conciencia.
En este tiempo de ascensión, por la alta vibración, pasamos de la materia a la utilidad o viceversa con mucha facilidad, pues las alteraciones de la vibración en la tierra, permite o nos induce a ello, en ocasiones sin premeditarlo o desearlo; sintiendo "vacíos" en lo que no reconocemos, ni cuerpo ni alma. Cuando analizamos desde la mente inferior estos vacíos, el ser siente " desubicación", sensación de estar "perdido", de "poseer sin poseer", de no saber "quien es", justo en esos momentos, está cruzando esa línea sin ser consciente de ello. Cuando el ser toma consciencia de lo que "ES", vive, aprende a permanecer en esa delgada línea, donde está en comunicación directa con el universo, es allí, donde lo individual plural, donde el vacío se vuelve totalidad, donde el "SER" no es y se identifica con el todo, " la nada es todo y todo es la nada" se ha expandido en todo cuanto existe y el vacío contiene la totalidad.
Cuando se está cerca de la línea, aparece el "ego" en su máxima expresión, "material o espiritual " ha pasado el límite. La "búsqueda" es aprender a estar en esa delgada línea, donde la desidentificación lleva al "ser a no ser", más se encuentra "siendo" materia, sutilidad, oscuridad, luz, cuerpo, alma y espíritu. Cuando estamos cerca de la línea "creamos", más nos sentimos "dueños“ de lo creado, el sentir que poseemos, nos hace salir de esa vibración de "SER Y NO SER", de VACÍO Y TOTALIDAD.
Por: Alba Ceron Erazo