Crítica VIII a la educación
La educación estimula la competencia por encima de la cooperación como potenciador del aprendizaje, alimentando el supuesto de una naturaleza humana individualista, egoísta y competitiva.
Más grave aún que admitir nuestra naturaleza egoísta y competitiva es construir una estructura que la estimule, como renunciando a cualquier esperanza de una versión humana mejorada, porque, aunque exista evidencia de nuestra esencia competitiva, esa evidencia, por si sola, no descarta la existencia de nuestra esencia cooperadora, con la que nos topamos cuando sentimos un impulso de ayudar a alguien que está en problemas y sentimos satisfacción de haberlo hecho.
Por otro lado; si admitiéramos que esa genialidad humana de la que tanto hacemos alarde, la que nos hace los superdotados de la naturaleza, no es más que una invención de nuestra arrogancia, recurriríamos, más a menudo, al resto de habitantes del planeta, para entender la clave de la vida; en su libro The New Biology: Discovering the Wisdom of Nature, Robert Augrosy George Stanciu, plantean la idea de que es la cooperación, no la competencia, la regla general de la naturaleza, porque le permite usar la energía de una forma más eficiente, por eso , hace uso de técnicas ingeniosas para evitarla; según este concepto, no parece tan descabellado concebir un mundo en donde la cooperación sea la regla y no la excepción.
Todas las energías, todos los elementos, todos los seres vivos, estamos entrelazados y, por eso, somos interdependientes. Una telaraña nos envuelve por todas partes, Lo queramos o no esa es la ley del universo.