Crítica VII a la educación
La educación nos entrega un conocimiento limitado acerca de la realidad, no nos motiva a estudiar la esencia de las cosas, a salir de la caverna. Sabemos que no podemos confiar completamente en nuestros sentidos, sin embargo, es esa la principal herramienta a través de la cual aprendemos, la estrategia educativa que nos ofrecen no nos motiva a desconectarnos de los sentidos, sino por el contrario, aumenta nuestra dependencia de ellos para experimentar el mundo.
La educación actual no nos invita a desafiar la percepción ordinaria, a explorar la dimensión oculta implicada en la realidad, y no lo hace porque, para la educación, la idea de metafísica es incomoda, y es incomoda, porque exige entrar en territorio desconocido, porque no se limita a los cinco sentidos, porque implica un conocimiento que no se ha establecido, que no es replicable, que es exclusivo a cada ser, que no requiere ni autoridad, ni control porque revela el caos, porque implica una búsqueda individual compleja que reta nuestra frágil psique humana, que nos obliga a alejarnos de las experiencias externas, de la proyección holográfica que observamos y de la que somos parte todos los días, de la ilusión que llamamos realidad.